Muchos de nuestros ejecutivos y colaboradores no comprenden por qué los resultados no se concretan, gran parte de ese esquema viene sustentado por una institución educativa que compartió un esquema de pensamiento y por supuesto por las ideas y formas de pensar que se establecieron en nuestros hogares. Es fácil detectarlo, en algunos lugares de Guatemala piensan que somos inteligentes, chispudos y en otros; incumplidos, perezosos y demás adjetivos negativos.
El sistema de pensamiento que albergamos los humanos no está relacionado exclusivamente con el medio en el que nos recreamos, tiene una incidencia y su origen allí, pero permite modificarse para mejorar o empeorar, eso lo decide cada persona. Las empresas deben incorporar en su análisis un método que permita saber con que programación ingresan sus colaboradores y así entender porqué suceden o se dan los resultados o por qué se fracasa.
Ahora que estamos entregando las metas para el 2014, se observan rostros asustados y sistemas nerviosos alterados que anuncian ansiedad al escuchar una cifra para el período siguiente. El no animarnos a tomar una meta determinada está íntimamente integrada a nuestra forma de pensar, a nuestra programación, las historias que nos contaron o aprendimos, la formación de creencias, como fuimos alimentándolas y el aprendizaje al día de hoy determina el resultado.
La OMS[1] señala que tenemos más de mil millones de adultos en sobrepeso y para el 2015 serán mil quinientos; aquí hay un tema que tiene que ver con programación, recuerda la frase las penas con pan son buenas y frente a los problemas comemos y enseñamos a nuestros hijos a malcomer, o cómo explicar que existan 42 millones de niños menores de 5 años en la misma circunstancia.
Así como el caso anterior podemos hablar de la programación en el entorno familiar, el Buró de Censos de los EE.UU señala que más del 50% de los matrimonios termina en divorcio, con una cifra alarmante que registra la República Dominicana con el 62% (6 país a nivel mundial). Lo que proyecta que cerca del 50% de los niños en América Latina presenciará el divorcio de sus padres. ¿De continuar con esta programación en qué convertiremos la familia?
Entender la programación que usted tiene es sabiduría, por ejemplo; sabe usted por qué es ansioso? Sencillo, usted vive en el futuro, su cuestionamiento permanente es: ¿Qué pasa si..? Produciendo ansiedad. Por el contrario si usted se deprime, su pensamiento quedó en el pasado, su pregunta será, no debí haberlo hecho, quejas y lamento, quedó anclado.
Es necesario cambiar la forma de pensar para impactar en nuestra programación. Señor empresario revise su equipo y determine la programación que posee su organización. Gratas sorpresas le dará el 2014 con un pequeño cambio, enseñar a pensar. Hasta a próxima.
