Comunazgo (Físico)
Comunazgo (Físico)
Comenzando el siglo XXI es muy conveniente preguntarnos si se hace necesario que un cambio de temporada también ocurra en las estructuras de las organizaciones, esos diseños con los que hemos pasado la mayor parte de la vida, desde su aparición a comienzos de 1900 y que con muy pequeños cambios los sostenemos en la actualidad.
Los empresarios y diseñadores organizacionales han manifestado de muchas formas las limitaciones de los modelos, lo parquidermo de sus estructuras, jerarquías y sistemas de operación. Muy pocos, se han atrevido a hacer cambios serios y por enfrentar la tradición, el statu quo, de seguir modelos, muchos de los cuales funcionaron y fueron exitosos, pero que terminaron su vida útil.
Cuando se armaron los sistemas y formas de administrar, sus creadores estaban lejos de imaginar un mundo de negocios con computadores altamente sofisticados, Internet, para poder tener documentos al instante y correo electrónico, sistemas para videoconferencias, teléfonos celulares; en general un mundo que convierte cualquier organización de papel y trámites a empresarial y virtual.
Y frente a todos estos nuevos instrumentos y formas disponibles, hay empresas que insisten en contratar supervisores, cuando hoy se contratan coach, entrenadores, se terminó la vida de los jefes, hoy habla de líderes pero en plural. Aún se observan relojes de pared para controlar la entrada y salida de los colaboradores, inclusive, se piensa que las personas que trabajan en la empresa son subordinados y los tratamos así.
Estas son las fallas de un modelo que en su momento encaminó y destello por sus resultados, pero que perdió vigencia, el esquema que no se actualizó en una era de modernidad tecnológica, el conocimiento e información que disponemos los seres humanos hoy en día, mientras la modernización administrativa camina, la tecnología se desplaza en formula 1.
No hay colindancia entre una y otra, las empresas que quieren competir y tomar los primeros lugares, deben hacer coincidir lo tencnológico y lo administrativo, de otra forma el costo es alto y toda la carga se dejará en manos de la tecnología, corriendo un grave riesgo, pues esta aún no opera sola.
Es sencillo cambiar un correo electrónico, marcar un número telefónico, mostrar una página colorida en interner, citar a una video conferencia o chat, pero esa no es la esencia de la administración. Lo fundamental es cumplir la promesa que se hace a los clientes internos y al mercado y es o lo realiza la gente, no la informática.
Cuidado nos equivocamos creyendo que estamos viajando en un tren de alta velocidad, pero que al observar la conducción del mismo nos enteramos que no hay nadie dentreo. El riesgo es grande, el golpe es duro y la destrucción total. Necesitamos talentos para que acompañen esa velocidad.
Cuando acudimos a la universidad nos hablan de la necesidad de mejorar las prácticas, gerenciales y organizacionales, descubrir y usar las que optimizan los resultados, y desde la teoría parece bien, los académicos se atreven a proponer y los estudiantes a seguirlas, pero eso no representa nada para una sociedad si en la práctica las empresas no se animan a ponerlas en práctica. El juego académico funciona muy bien en el aula de clase, su aplicación es de un 40%[1]
Al observar las empresas que se destacan en los inicios del siglo XXI observamos que la gran mayoría están en el área de la informática, a pesar que sus sistemas administrativos sean malos o poco recomendables, la tecnología ha dado tanto que hasta nos damos el lujo de administrarnos mal y no nos quebramos. La tecnología ha dado para tanto que hasta financia los pésimos y atrasados modelos administrativos que se poseen.
Ahora cuando nos detenemos en el tiempo y detallamos organizaciones que perduran en el tiempo, que crecen, consolidan su marca y son reconocidos, podemos comprender que además de tener un producto y unos servicios acordes a una demanda contemporánea, se han ocupado de revisar y actualizar sus sistemas administrativos.
Se han atrevido a romper la plantilla tradicional del jefe, el supervisor, la regla y norma inamovible, la orden sin reparos, las estructuras jerárquicas, los horarios fijos, los mercados asegurados, los clientes satisfechos, los proveedores externos y en general todo lo que hemos aprendido en el siglo XX.
[1] RYBSIDEAS, Consultorias y Servicio. Investigación con estudiantes y profesionales de ciencias económicas. Guatemala.
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