La excelencia es uno de esos conceptos que no pueden otorgarnos otros, es esa calificación personal e intrasferible que nosotros mismos damos a las ejecuciones que hacemos como respuesta a objetivos y metas que planteamos dentro de nuestro propósito de vida. Por ello la mejor forma de entender la excelencia es concebirla como un estilo de vida, pues no está ligada con exclusividad a lo laboral, familiar o al manejo de relaciones, la excelencia encierra la integralidad del ser humano.
La excelencia no es un momento, es el instante eterno de la vida, es una actuación consistente y sistemática, que garantiza resultados, en la que pueden presentarse desasosiegos, conflictos y desaciertos, los cuales ocurren como parte del proceso de aprendizaje, excelencia no es perfección, en la perfección no existe amaestramiento y excelencia es aprendizaje.
5 principios de orientación para vivir con y en excelencia:
- La mayor parte de la gente excelente ha descubierto que dedica su vida a hacer lo que le gusta, sus emociones están conectadas con su quehacer, no trabajan, disfrutan. Los atletas de alto rendimiento son personas que aman entrenar 8 horas al día y no se quejan, nunca consideran eso un trabajo, descubrieron sus preferencias, el poder de sus recursos internos, eliminaron de la vida las tres Fs de la adversidad humana: el fastidio, la fatiga y por ende el fracaso.
- Una persona en estado de excelencia posee un grado de fe elevado, por mantener una creencia muy arraigada en él o ella misma y esto le permite confiar en lo que no puede ver y actuar en todo aquello sobre lo que tiene incidencia.
- El ser de excelencia ha aprendido a no estacionarse en los problemas, su foco de atención está en observar oportunidades y beneficios, conoce la filosofía de que la adversidad no siempre trae una carga negativa. Su pregunta favorita frente a una situación complicada es: ¿Dónde está la oportunidad? Mata la excusa y tiene valor para establecer un programa de cero pendientes.
- Quien desea vivir con y en excelencia repara su mente incesantemente, esto se consigue con: lectura constante y variada, escucha activa que implica respeto, dedicación y reflexión, ejercicio físico para hacer neurogénesis y mantenerse joven mental y emocionalmente, aplica pausas y seduce el silencio, duerme suficiente y profundamente.
- Finalmente enfrenta sus miedos viviendo el aquí y el ahora, cultiva la gratitud, incluyendo el no gracias cuando lo requiere y es una persona que ha entendido que la esencia humana está en el de servicio, admite la ley de la compensación y da sin esperar recibir, pero la vida se encarga de ello, por eso vive con y en excelencia.
