Todo aquello que hace parte de nuestra crisis es necesario vivirlo, algo de lo aprendido es no negarnos a sentir para no enfermar, para algunos es más exigente que para otros, pero recordemos que para llegar a la meta tenemos que cubrir las etapas, si saltamos algunas podemos estar descalificados.
Para el ser humano aceptar el cambio requiere definir que puerta tocar, la que expresa que has perdido, que te han derrotado y seguir luchando para abrir nuevamente esa puerta o transitar a una puerta de evolución, que mantiene guardada en su interior: innovación, creatividad y sorpresas, la decisión es nuestra, las dos puertas están a tu disposición.
En una crisis que viví en el mar frente a un alfaque, una vez me observé 200 metros adentro del mismo inicie me retorno, luchando por 15 minutos con todas mis fuerzas contra las olas, me agote y estuve a punto de morir, solo después entendí que el miedo de ahogarme me estaba conduciendo a ello, no pensé, sólo actué, comprendí mucho
después, que a veces debemos dejar que la fuerza de la naturaleza fluya, y que resistirnos, es demostrar ignorancia.
Gran parte de las respuestas que ofrecemos en un momento de crisis son la reproducción de nuestras creencias, esos sentires que se hacen difíciles de evitar; los miedos que cargamos desde nuestra niñez, que alguien colocó y no se acordó dellevárselos, los dejó como obsequio, muchas veces sentimos culpabilidad, vergüenza, odio y es el manejo de la crisis la que puede potencializar una emoción negativa o por el contario ayudar a un tratamiento adecuado e inteligente de a misma, dejando un aprendizaje siempre.
Las manifestaciones frente a la crisis lo que evidencian son nuestro estado interno y es otra de las grandes bondades de la crisis, aprender a conocernos, trabajar nuestros miedos, esa manifestación y disposición frente a la situación es un buen diagnostico personal. Hoy en día hay empresas que promueven eventos donde sus colaboradores son expuestos a momento de crisis y es allí donde evalúan a quién contratar.
La lectura personal es muy valiosa y allí probablemente están muchas respuestas, anímate a preguntarte ¿quién eres, qué no te gusta de ti? Pudiera ser que en ese proceso entiendas que el disgusto tiene que ver con algo que debes resolver desde dentro y que si no lo haces será evidente y manifiesto por el largo de tu vida, si no quitas el elemento que te hace tropezar, cada vez chocaras con el mismo y a veces nos acostumbramos.
En las crisis debemos tener la capacidad de aceptar todos los elementos que están presentes, así no nos agraden, debemos sentir para disentir, tomar decisiones y resolver que hacer. Los comparativos ayudan a entender por qué vale la pena buscar la felicidad, la cual se aprecia en toda su extensión si hemos sentido la tristeza, de otra forma podemos
actuar en ignorancia.
