Encontré una empresaria a la que el año 2010 no le marchaban las cosas necesariamente lo que ella esperaba, problemas en los negocios salud, familiares y sentimentales. Al expresarme su tragedia, su llanto envolv??a la desdicha por tener que pasar esas dificultades, en especial por poseer una hijo, con el cual no tiene la comunicación que desearía.
Su conclusión, en ese momento, era dibujar su mundo con un color de desgracia, lo que acarreaba tristeza profunda y permanente, y por supuesto, la respuesta de su cuerpo no se hacía esperar; depresión: trastorno que afecta el ánimo y genera decaimiento, irritabilidad y consolida el ciclo de abatimiento.
Una vez terminó su relato, prosiguió con frases como: “No se por qu, por quéa vida es asi, esto no para, qué pasa, por qué yo, qué le pasa a la gente?? Y, así adornó el cierre de su intervención, sacando su propia conclusión. Ese es mi destino, creo que no tengo otra opción, debo aprender a soportar y tratar de vivir en estas condiciones.
Todos hemos pasado por momentos difíciles, complicados, es parte de la vida, es lo que marca nuestro aprendizaje y nos hace diferentes a otros que no tienen experiencia. En ciertas ocasiones hemos visto el abismo a metros, pero hemos tenido el valor para hacernos las preguntas que detienen mi avance en esa línea y regresar a vivir como debe ser. Solamente mirando el abismo podemos entender lo que es vivir en tierra firme, la vida da lecciones, pero algunos sellamos los o??dos, justo, en esos momentos.
Hoy me concentro en un tema común, el que muchos soportamos, pero recordemos que el dolor es una emoción natural, que esta para protegernos y ayudarnos, pero no asi, el sufrimiento, pero que cuando no nos ejercitamos a hablar sinceramente con nosotros mismos, y a sintonizar el sentimiento y el pensamiento con la acción, la vida se complica, no por los demás, por nosotros mismos.
Dejemos de construir excusas para justificar nuestras incapacidades. Es un buen momento para hacer la reflexión de lo que pasa en nuestra vida, para ver lo bueno que tenemos alrededor, los problemas y las situaciones complejas son parte, pero no te quedes observando sólo lo que la vida te pinta, a veces con colores oscuros, revisa todo el arco iris que adorna la vida, el gris, no es el color predominante.
Nuestro personaje de la historia entendió que tenía dos opciones, seguir con su mirada limitadora y restringida, u observar el otro camino, el de la esperanza, el de la emoción de la alegría, que también es natural y que algunos hemos renunciado a ella. La cual requiere agradarse así mismo, no vivir en función de los otros.
Y cuál es la opción? Ser coherentes con nosotros mismos, pintar un 2011, con nuestro propio barniz, asociar los aprendizajes, mezclar deseos y utilizar el pincel de la pasión para que al estampar el color en la pared del año nuevo, se refleje el destino, y podamos leer nuestro futuro. Feliz año.