Cuando Henry Ford animó a sus ingenieros a construir un motor B-8, tuvo que convencerles para que intentarán pensar de forma diferente a lo tradicional, que se atrevieran a no seguir amparados en reglas, que rasgaran los límites que nos imponemos en las diferentes profesiones, en este caso el de los ingenieros. El éxito de Ford fue haber logrado que su grupo técnico creyera en lo que estaba imaginado él, una verdadera revolución para la época
La semana pasada asistimos a evento histórico, la llegada a la Casa Blanca de un nuevo presidente, con características muy diferentes a los que muchos pensaban que debía tener un aspirante a esa magistratura, pero toda la campaña de Obama estuvo sustentada exactamente en los mismo, en convencer a los norteamericanos que vale la pena creer, y efectivamente antes de la media noche del día 04.11.08 el poder de creer le daba la presidencia al primer hombre negro en los estados Unidos…
Paralelamente a la elección del presidente Obama, yo dictaba una conferencia sobre retos de las empresas, en la bella ciudad de Quetzaltenango y el día de ayer una colega me escribió pidiéndome una reflexión sobre la necesidad de colocar un reloj en su compañía para controlar entradas y salidas. La misma obedece a que mi posición es que debemos colocar controles cuando trabajamos con gente que nos engaña, que miente, en donde no hay confianza, y donde por supuesto tenemos subordinados, no colegas o colaborados.
En las crisis es donde debe surgir lo mejor de nosotros, y la puesta en común de nuestra creatividad, yo le animo señor empresario a cambiar la regla tradicional de la desconfianza en su gente, por una de cercanía y oportunidad, de incorporar a los colaboradores en las soluciones que requiere su empresa, ellos tienen más ideas que fuerza, solo que las primeras surgen cuando usted les da la oportunidad, las segundas son para la defensa, y muchas empresas trabajan más en estrategias de defensa, que en sistemas de asociación, alianzas e integración, en especial su gente, la que recorre los pasillos día con día.
Lo primero es aceptar que lo que se quiere no es imposible, yo se que en nuestra cultura el tema de creer es un problema para algunos, pero demos una oportunidad, solo experimente, eso le recomendé a la empresaria que me escribió, señalándole que si ella quiere mejores resultados, más ventas, mejores productos, calidad en cada actividad, se anime a aceptar que lo que quiere no es imposible, solo que no se ha dado la oportunidad, por seguir una regla.
Me comprometo con todos los lectores que una vez me conteste esta empresaria les compartirá los resultados, desde ya me atrevo a decir que serán buenos, y probablemente con ellos animemos a otros creer, pues allí está el poder.
Las nuevas respuestas las encontramos cuando nos atrevemos a mirar, tocar o experimentar con lo desconocido, que posteriormente se vuelve normal, por ello el empresario que lidera, rechaza la palabra imposible, y como decía Ford, eso solo quiere decir que aún no hemos encontrado la solución, nada más.
