He querido dedicar atención a esa alteración que los ejecutivos, hijos de la modernidad y ahora de la virtualidad, estamos incorporando en nuestros hábitos y de la cual, muchos no somos conscientes, todos divirtiéndonos con los nuevos juguetes del mundo virtual, y la pregunta es: ¿Los estamos usando apropiadamente? Las investigaciones señalan que se afecta la salud y los empresarios empiezan a tener dudas del impacto de éstos en las empresas.
Enero es un momento ideal para establecer lo que ocurrirá en el período 2012, vale la pena señalar que esos juguetes electrónicos, de gran ayuda para resolver problemas inmediatos, vienen ocasionando una pérdida del enfoque y que la sensación que deja un ejecutivo que vive con la mirada u oído puesto en su correo, chat o llamada, no necesariamente habla de efectividad en sus metas.
Las maquinitas virtuales pueden estar tendiéndole una trampa al logro de objetivos; al perder el enfoque y dedicarnos a resolver todos los detalles, la meta es lo esencial pudiendo quedarse postergada frente a la distracción o un simple momento de relajación; en especial para todos aquellos ejecutivos emocionales que vibran al sentir que su teléfono les magnetiza cuando suena ese ring ton novedoso o cuando su computadora avizora un sonido seductor.
Estamos perdiendo una de las principales fortalezas de un ser humano, en éste caso de un ejecutivo, su poder de enfoque, esa capacidad de orientación para conseguir una meta, un resultado. La otra posible respuesta es que no se tienen metas y en consecuencia perder tiempo en el mundo virtual no es preocupante. Una bondad de establecer metas y enfocarse es que enseña a usar la tecnología inteligentemente.
Observemos los resultados del 2011 y tratemos de responder a qué obedecieron, independientemente de los mismos, muy probablemente se dará cuenta que dependiendo de lo bien establecida la meta y el enfoque en la misma, así fue el resultado. Escribir metas, no tiene ninguna aporte válido si los juguetes tecnológicos juegan con nosotros, nos hacen perder el rumbo;
examinemos un caso que rueda por estos días en el mundo de los negocios, Kodak, que en el 2011 se desplomó 90% en bolsa, ahora promueve transformarse en una empresa digital, algo tarde o ¿será que sus ejecutivos se desenfocaron?
Esto que llamamos enfermedad puede curarse, por supuesto, pero necesitamos hacer algo por nosotros mismos, ocurre como con cualquier otro hábito limitante, debemos hacer un dialogo interno, decirle no a esa repetición. Cuando el ser humano es capaz de decirle no a una “tentación” desarrolla el poder de la voluntad y ahí se inmiscuye la disciplina, ser discípulo de sí mismo. Recuerda que cuando repites creas hábito, luego tienes disciplina, requisito para todo ejecutivo.
Aprender a manejar la tecnología es ordenarnos, ordenarnos para contestar correos, llamar o chatear, si dejamos de ser dependientes de algo o alguien, curamos la enfermedad. Feliz año.