Las promesas que hacemos los seres humanos son accioneslingüísticas definitivas en las interacciones con otros y deben tener una representación trascendental cuando usted o yo nos atrevemos a prometer algo a otra persona, quien a partir de allí diseña acciones y compromisos que implican el cumplimiento de la promesa hecha. Una promesa es el inició de una cadena de posibilidades que nos permiten avanzar, desarrollarnos, conseguir objetivos, metas y resultados, la pregunta de hoy es: ¿Y qué pasa cuando usted promete y no cumple?
La capacidad de prometer y cumplir debe ser una competencia en nuestros colaboradores, deberíamos limitar el ingreso de personas a nuestras organizaciones cuando esta deficiencia es parte de su diario vivir, los elevados niveles de desconfianza en nuestros grupos de trabajo parten de esa raíz, promesas incumplidas, en otras palabras personas irresponsables, que dicen y no hacen, sin imaginarse el costo y desgaste que ocasiona esa incompetencia.
Una promesa cumplida, transforma el futuro, una incumplida mantiene el pasado ¿usted es del futuro o del pasado? Combinamos dos aspectos propios del ser humano, sus palabras y la ejecución. La combinación de pensar y hacer es la magia de la disciplina, si usted promete y no cumple puede que le
interese saber que: la vida no es solo pensar, que las mejores ideas son las que se llevan a cabo, que muchas personas son reconocidos no por decir sino por hacer, que las empresas de clase mundial tienen como principio elemental, el cumplir lo prometido y que la esencia de una marca es lo mismo.
Una promesa cumplida o incumplida con la pareja, la familia o un cliente establece el tipo de relaciones que vamos a llevar, cuando su incompetencia es prometer e incumplir debe generar habilidades para las excusas y pondrá todo su poder para inventar y crear una forma de salirse de la encrucijada, parece común que digamos “es que así somos los latinos” o cualquier otro argumento que
justifique esa torpeza con la que nos estamos acostumbrando a vivir.
Les comparto que entre los temas de mayor desgaste personal, naturalmente emocional y en dinero, se encuentra el incumplimiento de las promesas en las parejas, familias y empresas, partiendo de la pérdida de relaciones, que juegan el partido más importante cuando de desarrollo y crecimiento hablamos, en otras palabras del futuro. Si usted es incumplido, le aseguro que poco futuro tiene.
Si en su organización existen aquellos prometedores y poco cumplidores debemos enviarles el presente artículo para que se percaten el daño que hacen a sus grupos cercanos y en general al país, que empieza a sentir que se puede vivir entre simulaciones y engaños y que no pasa nada. Iniciemos una cruzada contra estos personajes, antes que sigan tomando la vanguardia y convenciéndonos que es posible construir una familia, empresa o país montados en una fabula de apariencia y poca realidad.
¡Prométame que lo enviará, pero cumpla!