Las organizaciones de hoy, las que se proyectan en el futuro, son aquellas que he dado en llamar empresas de expresión (EE) que permiten a los colaboradores decir lo que tienen que decir, para que sea dentro de las paredes institucionales donde se resuelvan las diferencias, la comprobación en múltiples estudios es que si en una organización las personas no pueden decir lo que tiene en sus entrañas, buscan otros espacios y a veces es la competencia o el mercado la que resulta enterándose de lo que no queremos.

Cuando una organización promueve en su cultura la expresión, retoma dos elementos claves en su consolidación, la lealtad entre su propia gente, ayuda a la terapia psicológica para que las personas no tenga basura en su interior y viva más liviana, cuando decimos lo que tenemos dentro se descarga la presión y nos sentimos mejor, pero sólo funciona cuando los colaboradores se atreven a expresar y hoy en día se contrata gente que sienta la necesidad de expresar y pueda hacerlo.

Las (EE) desean contratar personas que convivan con la cultura de decir lo que deben decir, con respeto y argumentos y eso no es darle rienda suelta a las emociones, por el contrario, implica manejarlas. Las empresas buscan gente con equilibrio (20-20), bien saben que sin optimismo, iniciativa propia de cada colaborador y flexibilidad para tomar los cambios es difícil competir, y esas cualidades las vienen demostrando la gente que vive y trabaja en equilibrio, expresar ayuda al equilibrio.

El mejoramiento de nuestro coeficiente emocional, es el reto de las empresas del futuro y si desde nuestra perspectiva de ciudadanos queremos contribuir a ese reto, debemos empezar por nosotros mismos y apoyar a nuestros hijos y jóvenes quienes serán los futuros trabajadores y rectores de la economía y las empresas nacionales y multinacionales.

Una primera tarea es dejar de domesticar a nuestros hijos como si fueran animales, el sistema de castigos y recompensas, es parte de un proceso, no un fin, lo único que hemos logrado con ese esquema es tener una sociedad estructura en miedos y empresas que tienen organigramas operados en gente que infunde sospecha y así no se puede competir, esos no son los trabajadores que se contratarán, hoy en día necesitamos que los colaboradores enfrenten sus propios miedos y no permitan que otros los infundan en la organización.

Para poder expresar necesitamos conocernos, saber quienes somos, es triste saber que otros saben más de nosotros, que nosotros mismos y por ello muchas veces estamos haciendo lo que otros quieren. La ventaja de el auto-conocimiento es el poder del control propio, saber que el equilibrio es lo más importante y dejar que nadie lo ataque y debilite, las empresas contratan gente de ese calibre, que tenga capacidad de manejo emocional y conocimiento para que en el mundo de la rapidez, no permita ser vulnerable a los ambientes y las relaciones, llevarse bien con la gente diciendo lo que tiene que decir es indiscutible para tener ese puesto deseado.

Por lo general las personas que logran cubrir esas dos franjas conocerse y controlarse (CC) se convierten el líderes; esa cualidad que con tanta esperanza buscan los empleadores, (CC) ayuda a la generación de empatías y tiene excelente manejo de relaciones con sus colaboradores, socios, clientes y proveedores. Las empresas tienen claro que desean consolidar sus organizaciones y le atinan al trabajo en equipo y al liderazgo, pero a muchos de los que deseamos ser contratados nos falta equilibrar ese 20-20.

Anímese haga el intento de saber quien es usted y si tiene el calibre 20-20 para quedarse donde esta o pretender ese nuevo cargo que siempre ha deseado.

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