Escuchamos que unos llaman a otros neuróticos y otros se consideran así, personas que mantienen una distorsión de la realidad, ven lo que quieren ver y no lo que efectivamente está sucediendo, su distorsión emocional afecta su vida y la de grupo de trabajo, con mayor énfasis cuando estos desequilibrios están enganchados en las jefaturas de las empresas.
Atiendo este tema que puede parecer extraño para muchos empresarios, pero que se convierte cada día en una las áreas de principal atención en compañías y organizaciones que ven como los conocimientos técnicos, títulos de especialización, maestrías y doctorados no alcanzan para cubrir los desequilibrios emocionales de sus ejecutivos.
Gritar, lanzar papeles, no saludar, decir frases fuera de tono, no contestar a las preguntas, demorar una respuesta intencionadamente para perjudicar a un colega u otro departamento, hablar mal de sus colaboradores o de su propia organización, esconder información; en general tener momentos donde se pierde el norte y se hacen cosas que perjudican el buen desempeño de una empresa, transformando la energía de la gente que se dedica a defenderse y cuidarse, en perjuicio de la competitividad empresarial, son cartas de presentación de empresas que tienen destinos limitados en su accionar empresarial.
La neurosis se relaciona con los trastornos nerviosos y psíquicos, lo que representa un desequilibrio en la persona, en nuestras investigaciones hemos observado muchos trabajadores, que no sólo tienen trastorno nerviosos, vemos tristeza, desgano, falta de vitalidad para desarrollar una tarea o función, una especie de melancolía que nos lleva a pensar que podemos tener unas serie de personas en nuestras oficinas y empresas que están sufriendo de depresión.
El tema es tan común que algunos psiquiatras lo describen como una reacción perfectamente normal, siempre y cuando no interfiera en las tareas diarias, lo cual es imposible desde mi punto de vista y el llamado es para los empresarios que tienen personas con desequilibrios de esta dándole, ellos deben saber que lo único que agrega con esa dinámica son molestias, rencores y odios a la estructura de la organización. Cuidado.
Cuando observamos las personas en la empresa, miramos sus ojos, cara y cuerpo en general, en el podemos saber y apreciar el manejo emocional, como lo dice Alexander Lowen, todas las emociones están tatuadas en la piel. No es gratis que un porcentaje elevado de personas se quejan de su espalda, cuello, sufran de gastritis, artritis o se coman las uñas y rechinen sus dientes, estoy hablando de ejecutivos de primer nivel, esto no es exclusivo de los pobres o de mandos medios. Es importante recordar que hay un sin número de enfermedades orgánicas que tienen su asidero en el pésimo manejo emocional que le damos a la vida, y no podemos seguir pensando que esa es la condición normal del hombre moderno.
Trataremos este tema en otros artículos por la importancia y el creciente desarrollo de la enfermedad en nuestras organizaciones empresariales.