Existe un momento en que postergar puede ser adecuado, es cuando necesitamos un tiempo para reflexionar, cuando debemos respetar los semáforos por la necesidad que hay de repensar las ideas o los proyectos, cuando necesitamos madurar ideas, pero esto no debe hacerse sistemáticamente, pues como bien lo dicen los colegas de Apple, antes una llamada a las 9 de la mañana, me permitía una respuesta a las 4 de la tarde, hoy esa respuesta debe ser 5 minutos después, los que subsisten y compiten, lo hacen por se efectivos en sus tiempo.
La mayor parte de los ciclos que no se cierran en tiempo obedecen a causas sin razón consciente, es simplemente un hábito de dejar para después y en eso probablemente algunas técnicas nos ayuden a mejorar ese hábito para ser más amables con nuestra vida y la de nuestros colegas, fortaleciendo los equipos y generando mejores indicadores de competitividad.
Muchos ejecutivos postergan y se apoyan en elementos psicológicos para no sentirse mal, por ejemplo hacer algo noble, ayudar en otro departamento, atender una emergencia y cualquier otro evento que tranquilice su propia consciencia, apoyarse directamente en la solicitud de otro colega o sección de la empresa, para dejar lo que tenemos que hacer, para hacer lo que queremos hacer, ojo, es peligroso y costoso, si usted está en un puesto donde hace lo que no le gusta, sea sincero y cambie de empleo, para que empiece a hacer lo que le gusta, eso lo hará un ejecutivo que cierra ciclos, sin ampararse en excusas para no hacer lo que tiene que hacer.
En algunas empresas se observa que los pendientes no obedecen exclusivamente a que las personas tengan hábitos de postergación hay una categoría de colaboradores que postergan por rebeldía y en ese espacio es muy importante que usted determine cuál es la causa de esa actitud, pues en esos casos no se puede trabajar con simples recomendaciones, esperando ajustes, es necesario una intervención, de manera urgente y en algunos casos externa.
En algunas empresas hemos estado trabajando en concienciar a las personas del “fíjese” esa palabra que usamos muchos para auto-autorizarnos a decir lo que no hemos hecho, y se percibe que cuando un colaborador la usa al inicio, siente realmente vergüenza, por su incumplimiento, pero que a medida que la organización la acepta y todos hacen parte de la misma informalidad, se genera un acomodamiento y una forma de acción dentro de la cultura organizacional, cuidado estamos en arenas riesgosas para poder competir en una era de atención y servicio inmediato.
En las investigaciones sobre las personas que no cierran ciclos o proyectos hemos encontrado a personajes que llamamos los MANOS, y los describimos así por que representan ejecutivos que milimétricamente están atentos a todos los movimientos de la organización, de lo que ocurre a su alrededor y por naturaleza son personas muy optimistas, siempre están hablando de lo bueno de sus proyectos y lo que esperan, y hasta aquí todo pinta bien, el problema es que se quedan en los superficial, hacen muchas cosas en ese nivel, abren y abren proyectos, generan ideas, pero les cuesta concluir cerrar los ciclos.
La urgente necesidad de cerrar ciclos, es parte de los componentes de la competitividad en las organizaciones de futuro, crear una disciplina al respecto mejorar la calidad de vida de los ejecutivos e impacta en la consolidación de los equipos. No tenga en la bandeja de su correo pendientes, realice las llamadas que están en espera de una respuesta, diga no cuando tiene que decirlo, y sentirá que cerrar ciclos y proyectos es una habito alcanzable.