En un artículo reciente hablé de los “urgenteros” aparecierón varios lectores interesados en profundizar en la temática, por ello creo que vale la pena ampliar y señalar qué hay detrás de ell@s. Procrastinar es una palabra no muy común, pero sí una actitud muy frecuente.
Algunos dejan para más tarde aquello que muchas veces no ocurre o que llega cuando ya no es valioso. Prefieren el tiempo futuro, sin entender que ese no existe y que parte de ese momento lo creamos con lo que hacemos en el presente. El éxito no se encuentra en lo que seremos, eso es un sueño, está en lo que hacemos ahora para que repercuta en el después. Pasar el sueño a la realidad.
Los postergadores abrigan una colosal esperanza de que todo se puede hacer más tarde o mañana, pero sus indicadores de ineficiencia hablan por ellos. Los procrastinadores tienen un juego mental que no les ayuda a distinguir lo que es importante y al no tener esa claridad muchas actividades claves resultan haciéndose después.
Distinga qué es importante para usted hoy y proceda, no se alimente de una futura dieta que hará en las vacaciones cuando su estómago le suplica que es ahora mismo que debe actuar, recuerde que el cuerpo recibe lo que viene del último nivel (la cabeza) y es allí donde puede dejar de ser un procrastinador y convertirse en un hacedor. La diferencie entre uno y otro es un tiempo y la forma de medirlo se llama éxito. Algunos necesitamos una vida completa para lograr lo que queremos, otros necesitamos menos tiempo y tenemos larga vida.
En varias compañías guatemaltecas hemos iniciado un programa de cambio de hábitos y cada vez me convenzo de la maravilla que tiene nuestra materia prima nacional. ¡Que viva el chapín¡ El ser humano cuando tiene una oportunidad, un método y una motivación siempre tiene un resultado positivo. Los tiempos varían, en algunos casos son solo días para cambiar un hábito, otros llevan semanas, pero no hay fracasos, quien se atreve obtiene su recompensa. Todos ellos han renunciado al título de procrastinador.
No piense que terminar sus estudios es suficiente y que se graduará después, cuando ahora mismo tiene una oportunidad de ocupar una nueva plaza. No permita que la excusa ronde su vida y aléjese de los que postergan, enseñe con su actuar que se puede ser esa persona y empresa que cumple su promesa.
Si su día a día está lleno de pequeñas actividades que no impactan la vida o la de otros, acciones de poca valía e importancia, que desgastan y consumen su energía, creando una especie de vicio que se va incorporando hasta convertirse en parte de su forma de vida, anímese a rechazar lo que ha venido aceptando como válido y recupere su cotización con usted mismo.
El peor desprestigio de un ser humano es dejar de creer sí mismo y a medida que camina la vida, la culpabilidad lo lleva a esa conclusión. Ahora mismo defina qué tiene que hacer que impactará su vida, probablemente no será lo más fácil, pero si se decide hacerlo, le aseguro que será lo más gratificante. Adelante.
