La principal labor de un ejecutivo en la organización es descubrir que es lo que lo impulsa día con día, y cuando lo encuentra actúa en ello, se dedica a repetir esa acción que lo mantiene con energía y vitalidad en todo momento, y su paso trascendental es aplicar la misma formula en los colaboradores, entender sus motivaciones y estimularlas. No es un trabajo tan difícil, pero si bastante ignorado.
Algunos aspectos encontrados en las investigaciones de Comunazgo fue el hecho que las personas poco aprenden cuando las relaciones al interior de la organización son malas o ásperas, ocasionando un desbalance emocional en los colaboradores que los llevan a trabajar la mayor parte del tiempo sol@s, perdiendo la oportunidad de trabajar en conjunto y en pleno desconocimiento de los motivadores de sus integrantes.
La individualidad mata las empresas y genera pereza corporativa, burocracia, luchas internas, desgaste emocional y por ende perdida de competitividad, cada quien hace lo que esté a su alcance, perdiendo en promedio 23% del tiempo[1]. En otras palabras de 8 horas se pierden 110 minutos/día, si usted multiplica por el número de personas que trabajan, esta pagando una nómina muy elevada, por
una falla fácil de detectar.
Recordemos que si un ser humano se siente inseguro en el lugar donde esté, incluyendo sus jefes y compañeros de trabajo, su desempeño se ve afectado negativamente y frente a ello desarrolla y encamina su energía no para producir, crear o desarrollar un producto o servicio, lo hace para cuidarse, por ello esgrime innumerables artimañas para defenderse del aislamiento que percibe dentro de la organización, todo ese tiempo dedicado a diseñar y aplicar la estrategia para cuidarse lo paga la organización.
Necesitamos que nuestros equipos se muevan al unísono, como la orquesta que deleita al auditorio con su melodía musical, cada quién interpreta su instrumento, pero con un compromiso grupal, si uno de ell@s se desafina, no existe un producto final de calidad y se debe tomar una decisión, el integrante
que no logra afinar su instrumento o no tiene la destreza debe dejar el lugar a otro que asuma el compromiso.
En este momento aparece otro de los insumos que mueve un equipo, el observar que cuando uno de sus integrantes no se alinea con el compromiso, es retirado, separado del equipo, para conservar principios. Cuando un líder desconoce este factor genera en los demás integrantes una sensación de pérdida de la consistencia y falta de la autoridad que requiere un grupo que desea convertirse en equipo. Si usted quiere que su equipo se mueva, zarandee a los incompetentes para avivar las motivadores de los coequiperos.
[1] Investigaciones RYBSIDEAS. Empresa de consultoría. Centroamérica
