Hablamos de marcas, logos y distintivos simbólicos en nuestras empresas, pero la realidad es que si usted observa el fin de mes, y el número esperado se consiguió, debe entender la esencia de ese ejercicio, es la carne y el hueso que a diario lucha por hacer realidad una meta, encontraron el secreto tan anhelado: conseguir resultados sin tanto desgaste por luchas internas y mal tratamiento de las diferencias.
Los equipos corporativos que consiguen emanciparse de la creencia del poder individual y construir uno fusionado, donde incorporan la diferencia y la creatividad como base de sus argumentos para la discusión, son los llamados a ordenar las relaciones comerciales y empresariales del siguiente período. Su primera actividad es conocer quienes integran el grupo y saber si se puede hacer equipo. Si privilegia lo individual todo es“Ta-lento” en la organización.
El segundo aspecto es generar un balance, los equipos corporativos tienen en sus haberes diferentes recursos que facilitan observar los cambiantes ángulos de los negocios, no caen en la trampa de lo “igualitario” que en gerencia es gente con las mismas o similares habilidades; el balance necesita movimiento, como en la embarcación; a babor o estribor, en la empresa se hace necesaria la divergencia, para mejorar la coincidencia, son vías más rápidas y de mayor valor agregado.
El tercer aspecto por el cual se distinguen estos equipos es el clima, a diferencia del referente a las condiciones atmosféricas, el clima corporativo se construye de manera más sencilla. Hace algunos días nos encontrábamos con un equipo llevando a cabo una prueba de “team building” en un lago, donde todos luego de construir una balsa debían pasar de un extremo a otro, al final su aprendizaje fue que mientras todos no remen para el mismo lugar, el esfuerzo es mayor y el resultado limitado.
Lo anterior es generar un clima agradable donde todos saben que el sol sale de un lado y se oculta de otro, donde la confianza es el parámetro de medición más importante, pero a la vez donde la deslealtad, la mala fe y el incumplimiento no son aceptados. Un equipo reta la convivencia diaria para hacer del clima un medio que honre su vida laboral.
El cuarto componente es claridad en el papel que corresponde a cada uno. Un aspecto que parece claro en las organizaciones es que cada quien sabe para que ha sido contratado y se le respeta su espacio como clara muestra de credibilidad en su papel técnico, pero no siempre es así. Algunos equipos naufragan por tener integrantes que quieren entrometerse en áreas que no son su especialidad.
Finalmente la mágica medida de resolver las diferencias cara a cara, sin tener que utilizar el poco o mucho poder jerárquico o el correo electrónico para detener el sistema. Eso hace un equipo más rápido, es un tema de velocidad. De nada sirve mucho talento, si todo es tardío. Hasta la próxima.
