Por estos días es impensable no hablar de futbol, y yo ya tengo el tricolor puesto, toda la fuerza y mi emoción vestida de selección, vamos por el campeonato, así debe ser el primer paso, de aspiración, esperanza y plena confianza. No comparto la postura de aquellos que dicen que están conformes con pasar la primera ronda.
A muchos ejecutivos nos pasa algo similar. Nos conformamos con superar en un porcentaje las ventas del año anterior.
Nos cuesta romper un récord, establecer un nuevo paradigma o creencia; así como en el Mundial de Futbol, a las empresas les ocurren eventos similares y debemos saber cómo enfrentarnos a ambientes exigentes de alta incertidumbre, únicos y especiales.
Revisemos equipos que a pocas semanas de iniciar la competición pierden por lesión a importantes integrantes. Para algunos pasa de dramático a catastrófico, señalando que ya empezaron perdiendo. Esa es una postura, pero hay otros que se colocan una camiseta diferente y advierten la maravillosa oportunidad para demostrar que no es una persona, en este caso un jugador, el que hace un equipo, es un equipo el que le da vida a un jugador. Ejemplos, muchos. Veamos:
En una época el admirado Messi era un jugador con el Barsa, pero otro con la selección. El propio Brasil, cuando según los especialistas presentó el equipo de máximas estrellas a un mundial, no hizo en el campo lo que sus individualidades pretendían. Los atacó un virus llamado “yomejor”, y queriendo ser todos las estrellas se estrellaron en el campo y mataron el equipo. Recordemos que cuando se mata el equipo mueren sus integrantes.
En nuestras organizaciones esos episodios son similares. Pensar que un integrante es la estrella de las ventas, de la relaciones corporativas o de las finanzas puede hacerle mucho daño a la construcción de un equipo. No entiendo todavía cómo muchas instituciones premian a los grupos de ventas, con viajes o estímulos adicionales a su salario, sin tener en cuenta las áreas de soporte que son parte del éxito y el logro de metas ¿Será que tenemos el virus del “yomejor?”.
Puede que el que hace los goles sea el que tiene el puesto de delantero, pero no siempre es así, hay defensas y mediocampistas que perforan la red del equipo contrario y eso también suma, igual que el poder de una defensa que no permite anotaciones del equipo adversario o un medio campo que pasa el balón para que el delantero anote; eso es un equipo. ¿Entonces por qué unos reciben premio y otros no?
Si quieres tener un equipo mundialista, debes entender que todos hacen parte del juego, no hay indispensables. Falcao es bueno, pero no irremplazable, cada uno tiene una función y debe cumplirla para que se consiga gritar un gol, pero al mismo tiempo que el equipo contario no anote. Un equipo mundialista tiene integrantes que reconocen las circunstancias, y por difíciles que sean dan un paso atrás para demostrar que hacen parte de un equipo.
No se gana gracias al desconcierto, pero sí se puede lograr a pesar de este. Hasta la próxima.
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