Con esta frase, escrita en pregunta, un grupo de ejecutivos me solicitaba un trabajo para su empresa. Nosotros no queremos que nos digan que hacer, somos grandes, lo que deseamos es continuar en los primeros lugares.
Tal vez el calificativo, ser grande, se está poniendo en tela de juicio, tanto para asignárselo a un ser humano, como a las empresas, hemos dicho que existen personas muy grandes, de cuerpo o en años y no necesariamente son adultos, a veces encontramos niños en cuerpos de adultos. En las organizaciones existe algo similar, para muestra un botón, solo basta con observar lo que le está pasando a los históricamente llamados, los tres grandes de Detroit (Ford, Chrysler y General Motors).
Desde el punto de vista organizacional, muchos, no entendemos que el simple discurso de querer cambiar y ser competitivo, debe ir acompañado de prácticas, que hagan creíble las misiones y visiones de las empresas. Resulta ridículo para los CEO de las compañías mencionadas anteriormente, que un congresista descubra que ellos viajan en sus aviones privados, pasando de $ 500 promedio por viaje a tener que pagar?? $ 18.000, parece que la crisis no los cobija a ellos.
En el mundo de los negocios debemos olvidarnos de lo representativo, de lo tradicional, (como pretenden vender el paquete de ayuda a estas empresas) hoy hablamos de competir y ser mejor que otros, algunos congresistas piensan con nostalgia y ponen en duda la necesidad de llevar la industria automovilística de los EE UU, en otra ??poca pujante y líder , pero desde hace muchos años en declive permanente a que enfrente su realidad y se confronte con sus grandes competidores, si se sigue atendiendo con dádivas, el perjuicio será para todos, lo único que hará un apoyo será aplazar el desastre.
En el mundo de hoy, no hay grandes, existen ágiles, creativos, dedicando la mayor parte de su energía a la atención y la conquista del cliente, algunas empresas necesitan lecciones, pero si otros les impedimos que las tengan, perjudicamos el futuro, quebramos los incentivos del ser humano por crear y recrear el mundo de los negocios, es muy peligroso que se sigan tomando medidas de salvar a los incompetentes.
Los factores del desastre probablemente todos se lo pondrán a la crisis, ese es el caballito de batalla, pero debemos recordar que al examinar los costos de las empresas en cuestión, ya mostraban elevados desequilibrios, solo uno de ellos, Según Blythe McGarvie, en Forbes.com, el promedio del salario por hora en Detroit para la industria automotriz es de 73,20 dólares, mientras que el promedio nacional está en 28,48 dólares. Y no me opongo a que a los trabajadores se les pague bien, por el contario le debemos pagar todo lo que mejor se pueda, pero con la responsabilidad que demanda un negocio.
Pudiera ser que altos salarios, desmedidos, sean los principales argumentos para que los CEO piensen que ellos pueden gastar irresponsablemente, pues se creen grandes, llevando a sus industrias a ser cada vez más pequeñas y garantizando su salida del mercado.